El periodo kirchnerista puede
subdividirse en tres etapas.
La primera coincide con el primer gobierno de esta fuerza política, el cual fue
encabezado Por Néstor Kirchner y que transcurrió entre 2003 y 2007.
El segundo periplo va desde 2007 hasta
2010, iniciándose con
el triunfo de Cristina Kirchner y culminando con el deceso de su marido. Estos
casi tres años fueron los más duros para el Frente para la Victoria, puesto que
transitaron por una fatigosa crisis con el sector agropecuario, una grave
crisis económico-financiera internacional y una pérdida en el favor de la
opinión pública que derivó en la derrota de las elecciones de medio término en
el 2009.
En el 2010 el kirchnerismo comenzaba a
recuperarse, pero no será hasta el fallecimiento de su líder que tal revitalización
se hará efectiva y de magnitud considerable. Desde ese momento comienza la
tercera parte de este film, un recomienzo de la luna de miel entre el Gobierno
y la ciudadanía.
1era Etapa (2003-2007): El primer
kirchnerismo
Un Gobernador de una pequeña provincia sureña,
ampliamente desconocido por gran parte de los argentinos y votado sólo por el
22% del electorado accede a la Presidencia en medio de una crisis social,
económica y político de inusitada gravedad.
En este contexto, el primer kirchnerismo puede
ser leído a partir de la recuperación de la autoridad política y de la
revitalización de las condiciones materiales de subsistencia, en particular del
nivel de empleo. En el primer
trimestre de 2003 el desempleo alcanzaba al 20% de la Población Económicamente
Activa. Hacia fines de ese mismo año, ya había descendido al 14,5% según datos
oficiales. Al finalizar este primer periodo la desocupación había alcanzado una
cifra aproximada al 8%.
Con respecto a la pobreza, podemos decir
que a principios de la era K la misma afectaba a la mitad de los hogares
argentinos y al 57% de los ciudadanos. Hacia fines de 2006 la pobreza afectaba
al 27% de los argentinos, regresando a los niveles de 2008. La indigencia también cayó, de una manera
tal vez más estrepitosa. Se redujo de 29%
a 9%.
En resumen, puede decirse que durante el
primer kirchnerismo se manifestó una sostenida contracción tanto del nivel de
pobreza como de indigencia que señala, en primer lugar, la interrupción de la
larga tendencia ascendente experimentada por ambos registros entre 1980 y la
última devaluación.
No obstante, hacia 2007 los registros se
mantenían cómodamente en los dos dígitos y, si se extrapolaba esta información al total
del país, se evidenciaba que casi diez millones de argentinos continuaban
viviendo por debajo de la línea de pobreza.
A eso había que sumarle un problema que poco a
poco iba surgiendo como un de los más relevantes de la etapa kirchnerista, la inflación. Las continuas alzas de
precios –especialmente de los productos alimenticios– colocaban a porciones
enteras de trabajadores al borde de caer en una situación de pobreza mes a mes.
A esto se sumó la falta de estadísticas confiables para el año 2007,
especialmente para el segundo semestre, que hicieron imposible confirmar si el
indicador de pobreza continuaba en descenso o si, como se sospecha, ingresó en
una meseta.
La desigualdad. El coeficiente de Gini mide el nivel de
desigualdad. Valores de hasta 0,30
reflejan una distribución del ingreso equitativa. Se considera que hay
desigualdad a partir de 0,40 y hasta 0,60. En este intervalo se han encontrado
por mucho tiempo los países latinoamericanos. Más de 0,60 indica una
desigualdad extrema. En Argentina, el coeficiente de Gini aumentó desde 0,40 a mediados de los años 80 a 0,53 en 2002, como resultado de sucesivas crisis económicas. Fue reduciéndose durante el gobierno kirchnerista llegando a 0,47 hacia finales del primer mandato y hoy alcanzando 0,43, segúnd atos del INDEC.
Otros
aspectos. El primer kirchnerismo se caracterizó por otras
cuestiones que fueron aceptadas por amplios sectores de la sociedad tales como
la renegociación de la deuda externa, el impulso para la anulación de las leyes
de obediencia debida y punto final que favorecían a los líderes militares de la
última dictadura argentina y la recuperación de la iniciativa y la autoridad
política por parte del Gobierno argentino.
Sin embargo, la calidad institucional emergía
como la gran deuda pendiente. Crecimiento pero con pocas reglas parecía ser el
título que marcaba el paso de este inicialmente ignoto Presidente.
La intervención en el INDEC en el 2007, la
proliferación de medidas tomadas mediante decretos de necesidad y urgencia, la
reforma en el Consejo de la Magistratura lesionando la independencia de poderes
y el discurso belicoso de los principales exponentes del Poder Ejecutivo para
con medios de comunicación, representantes religiosos o líderes empresarios
fueron sólo algunos de los botones de muestra que ya anticipaban el cariz que
tendría el segundo kirchnerismo.
La
opinión pública durante el primer kirchnerismo. La evaluación
positiva de la gestión presidencial osciló entre el 50% y el 60% entre 2003 y
2007, aunque vale decir que en este último año, ya se vislumbró en una de
las mediciones del Estudio Romer una leve caída hasta el 44%.
Las expectativas
positivas sobre la marcha de la economía también crecieron desde
aproximadamente 30% a principios del mandato de Kirchner a un promedio cercano
al 50% durante el resto del período.
Por su parte, la variable de percepción subjetiva del alcance de los
ingresos nos indicaba que a comienzos del gobierno de Kirchner 3 de cada 10
argentinos decían no llegar a fin de mes (30%). Ese porcentaje se redujo al 9% hacia
2007.
2da Etapa (2007-2010): El hartazgo
Como lo decíamos antes, el modelo kirchnerista
caracterizado por la confrontación y la exacerbación de las arenas de conflicto
estaba mostrando signos de agotamiento. Si bien la economía seguía creciendo,
Cristina Kirchner llega al poder con una cantidad menor de votos que la que
habían obtenido el resto de los Presidentes desde 1983.
La debilidad para encontrar lazos de conexión y
empatía con la ciudadanía, sobre todo con los sectores medios, se hizo explícita
durante el conflicto agropecuario,
pero ya venía sintiendo los efectos negativos de casos de corrupción que rozaban a importantes funcionarios del
Gobierno (Caso Skanska y Caso Antonini Wilson).
La imagen positiva de la Presidente se derrumbó
durante el año 2008 hasta llegar al 26% y la de Néstor Kirchner al 22%. La evaluación negativa de la gestión se
acrecentó alcanzando los 40 puntos porcentuales, al tiempo que disminuyó la
evaluación positiva hasta el 19%.
Indicadores socio-económicos. Durante este segundo periodo de kirchnerismo el
problema económico principal sería la inflación y la carencia de mediciones
confiables por parte del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC),
que continúa afectando la calidad institucional en el país. Las consultoras
privadas afirman que el aumento de precios se acerca al 25% anual, mientras que
el INDEC publicaba, y lo sigue haciendo, cifras marcadamente inferiores.
Por otra parte, el desempleo muestra una leve
baja respecto a 2007 (2 puntos porcentuales: 9% - 7% aprox.) luego de un
aumento durante la crisis financiera internacional de 2009. No obstante, estas
cifras, al igual que las relativas a la pobreza, se encuentran bajo discusión
debido a las dudas que genera la intervención del Gobierno en el Instituto
encargado de las estadísticas nacionales. El INDEC dice que la pobreza es de
10,7%. Dato que es discutido por Centros de Estudios varios y Consultoras
privadas que publican cifras que van entre el 22% y el 30%. Es decir, la
pobreza estaría según estos investigadores igual que en 1995, año en el cual
comenzaba el camino hacia la estridente crisis de 2001.
Más allá de ello, vale destacar que luego de la
derrota de 2009 el Gobierno Nacional tomó medidas estatistas y de corte
progresista que le valieron una lenta recuperación del favor de los ciudadanos:
La estatización de los fondos de
pensión, la ley de medios, el apoyo a la ley de matrimonio entre personas del
mismo sexo y la aplicación del programa Asignación Universal por Hijo fueron algunas de esas políticas. A las mismas se sumó la ley de actualización
automática del aumento jubilatorio y la obligatoriedad de paritarias entre
empresarios y sindicatos para discutir aumentos salariales.
Durante el 2010, si bien se divisaba, como
decíamos, una lenta recuperación de las variables de imagen de la Presidenta,
evaluación de gestión y de la marcha de la economía, el salto de relevancia se
producirá luego del fallecimiento de Néstor Kirchner. A partir de ese momento
dará comienzo el tercer ciclo kirchnerista.
3era Etapa (2010-¿?): La reconciliación
Titulamos esta etapa como la reconciliación
remitiendo a un periodo que se asimiló a un inicio de mandato, caracterizado
por una luna de miel entre una Presidenta que recién asume el poder y una
ciudadanía dispuesta a esperar y a tolerar hasta analizar sus primeros pasos.
A casi un año de la desaparición del líder del
kirchnerismo, su esposa gana las elecciones con más del 50% de los votos, en
una contienda histórica, tal vez no tanto por el porcentaje como por la
diferencia en votos respecto al resto de los competidores.
En 2011 la situación socio-económica no se ha
modificado sobremanera, pero si la opinión sobre la misma. Hoy en día cerca del
40% de los argentinos tiene opiniones positivas sobre las distintas variables
relacionadas con la economía (Evaluación prospectiva, retrospectiva y actual)
aunque los datos objetivos no hayan tenido cambios profundos. También vemos que
una mayor proporción de argentinos considera que puede ahorrar (El porcentaje
creció de 10% a 17%).
Estos elementos operan como algunos de los factores
explicativos más relevantes del momento político que vivimos los argentinos en la actualidad
y, específicamente, de lo sucedido en el plano electoral.