
El operativo está en marcha, los actos públicos se están realizando, los comentarios de diversos actores políticos lo dejan entrever.
¿No es demasiado prematuro? ¿Lo hace para mantener protegido a algún "tapado" que va a salir a competir a último momento? ¿Lo hace para medir cómo está la opinión pública y analizar si se lanza o no? ¿Lo hace de puro animal político (zoon politikon en sentido aristoteliano) que es? ¿Se va a ubicar definitivamente en el espectro centroizquierda para potenciar ese sector dentro del PJ? ¿Los mismos partidarios lo apoyarán o le pedirán un recambio como sugiere este post?
En el último libro que escribieron en co-autoría Riorda, Garrido y Crespo los autores hablan de los outsiders. Estos dicen: "Determinadas circunstancias pueden producir alteraciones en las pautas con las que se espera que operen ciertos sistemas de elección presidencial. En el caso de sistemas de partidos desestructurados o en descomposición el surgimiento de independientes, outsiders o candidatos directamente antipartiditas pueden generar un completo realineamiento del sistema político. Los outsiders son candidatos con estilos y discursos antipartidistas, que aspiran a la presidencia y que participan en las elecciones sin el apoyo de un importante partido nacional o que han desarrollado sus carreras políticas fuera de los tradicionales canales partidarios."
Pareciera difícil que en nuestro país un outsider llegue a la Casa Rosada, pues si nos dejamos llevar por la historia, desde el regreso de la democracia todos los presidentes proceden de partidos nacionales y de una activa militancia política. Actores políticos como Blumberg, De Ángeli, Juan Carr, etc. han sido en no pocas ocasiones presentados como presidenciables. Sin embargo, el sistema político argentino los termina consumiendo en un camino laberíntico hecho para profesionales de la política.
Kirchner no es un outsider, pero si puede beneficiarse de un cuadro de situación política del que suelen aprovecharse este tipo de candidatos, y es el de la desintegración partidaria.
La fragmentada oposición y la debilidad institucional de los partidos es lo que aún hacen factible una candidatura de Néstor Kirchner. Una candidatura no es igual a un Presidencia, pero si es un primer paso para estar en posición clave para negociar.
Vale una pequeña comparación: En la Argentina del 2009 teníamos dos peronismos (menemista y disidente), una fuerza de centroizquierda (Frepaso) y el Radicalismo.
La UCR se unió al FREPASO y formaron la Alianza. El PJ se abroqueló en torno a Duhalde.
Si el Gobierno suma a la centroizquierda a través de leyes que este sector viene pregonando (EJ: Reforma Política, Estatización de AFJP, Ley de Radiodifusión, etc.) y si logra la adhesión de parte del PJ mediante obras y recursos del Gobierno Nacional, puede que tenga chances. La diferencia respecto al ´99 es que el socialismo y el espectro de centroizquierda pueden tener algún incentivo para apoyar el Gobierno en vez de a la UCR.
También es cierto que el PJ disidente puede tener un incentivo para apoyar a la UCR (Cobos) si la enemistad con Kirchner sigue como hasta la fecha, aunque tanto Cobos como Macri quieren ser presidentes.
En fin, dos anunciones de las últimas semanas alimentan el optimismo kirchnerista:
1.- Binner ha sicho que sólo piensa en Santa Fe y con su habitual cadencia ha dejado entrever su posible proyecto para reformar la Constitución de Santa Fe y poder así tener la opción de ser reelegido.
2.- El Gobernador Scioli hizo público su deseo de apostar por un turno más en la Gobernación bonaerense.
Ambos dejan al sector kirchnerista con un camino algo menos escarpado que lo que se preveía luego de la derrota del 28 de junio.
Pero no hay que olvidar que todo todavía está muy frío, frío y falta mucho para 2011; muchas cosas pueden suceder.