
Viendo un programa de TV en el cual tres consultores políticos fueron invitados a hablar sobre la imagen del gobierno nacional surgió en varias ocasiones mi duda sobre qué significado tiene algo que ellos, incluido el periodista, llamaban RETOMAR LA INICIATIVA.
Concretamente se referían a que, luego de las elecciones del 28 de junio, el Gobierno Nacional, lejos de haber desgastado instrumentos políticos para marcar la agenda, continúa siendo el actor principal, el que maneja los tiempos y en torno al cual el resto se mueve.
Tanto en la cuestión de su participación en la rescisión del contrato entre la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) con la Empresa TyC Sports, como en todo lo referido a la ley de servicios audiovisuales, El Gobierno Nacional continúa desplegando una de sus características ya habituales desde 2003; ¿DE QUÉ SE TRATA? Podemos colocarle varios nombres: Tomar la iniciativa, marcar la cancha, pegar primero,fortalecer una autoridad, etc. Más allá de los nombres, de lo que se trata es de que existe un gobierno, o pareja presidencial como algunos despectivamente lo llaman, que está, que existe, que tiene presencia. Para muchos esa presencia es nefasta, para otros (un 30 % de los argentinos que votó a los candidatos oficiales en la última elección) decorosa y encomiable.
Ahora bien, mi atención va al 70% que, supuestamente, tanto odia al oficialismo. La gran desventaja de esta porción del electorado es que sus intereses no pueden ser defendidos porque no se ha materializado una estructura política ni un liderazgo que sintetice esas opciones.
Mientras en el radicalismo prosiga la discusión sobre Cobos si o Cobos no, mientras en la Coalición Cívica Carrió continúe con sus arranques individualistas y confronte con Margarita Stolbizer, mientras en Unión Pro y en el PJ no kirchnerista no se construya algo más sólido y se disipen las nebulosas sobre el destino de los pre-candidatos presidenciables; en fin, mientras la oposición siga siendo un espacio tan desarticulado, estaremos lejos de ver un debilitamiento del kirchnerismo.
Es poco probable que Néstor Kirchner o su esposa sean presidentes en el periodo 2011-2011; pero de consolidarse este panorama, el matrimonio Kirchner debe pensar que nada es imposible.
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