martes, 16 de agosto de 2011

Un corte de boleta sincronizado



La seguidilla de derrotas del kirchnerismo en Capital Federal (Primera y segunda vuelta), en Santa Fe y en Córdoba (no presentando candidatos) fue leída por algunos analistas, periodistas y políticos como una anticipación de la debilidad kirchnerista. Los motivos eran infundados. Sin conocer los resultados del pasado domingo ya se podía advertir que la performance del oficialismo en esos distritos no calzaba tan bien como predictor de la contienda por el premio mayor.

En 2007 Cristina Kirchner obtuvo 24% en Córdoba, 36% en Santa Fe y 24% en Capital Federal; y aún así triunfó holgadamente. Una de las razones radica en la diferente racionalización electoral que los ciudadanos ejercitan cuando se enfrenta a la decisión para cada tramo de gobierno.

Los argentinos han demostrado que, como suele hacerse con un aparato de relojería, la sincronización del corte de boleta que no se da en el cuarto oscuro se ejerce cuando las elecciones separadas lo permiten. Votar a Macri o a Del Sel y también a Cristina sería tal vez un ejercicio poco probable en un mismo acto electoral. No obstante fue lo que no pocos ciudadanos han hecho en los últimos meses.
Ahora bien, así como era erróneo pensar que los votos provinciales actuaban como buenos predictores del voto nacional también sería un traspié analítico pensar que ahora cualquier elección distrital en zonas en las que ganó ampliamente Cristina Kirchner será ganada con facilidad por el Frente Para La Victoria.

Para ser más claros, si el domingo que viene se votara en Ciudad de Buenos Aires es muy probable que Macri ganase nuevamente. Tal vez el efecto mediático podría impulsar más a Filmus pero no implicaría cambios sustanciales porque, nuevamente, los arrastres tienen efectos relevantes sólo cuando operan de manera simultánea y, aún así, a veces tienen sus desfalcos a manos de las tijeritas.

Por lo tanto, el triunfalismo del Frente Para La Victoria en estos días debería traer a su memoria el triunfalismo de Bonffatti, del peronismo duhaldista en Santa Fe o del delasotismo en Córdoba hace pocas semanas atrás. Los números dicen lo que dicen en la categoría que les corresponden. Pretender ejercer una hermenéutica de los resultados puede ser perjudicial para una adecuada lectura del terreno. 

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